domingo, 27 de enero de 2008

¿Abra algo difícil para Dios?


INTRODUCCIÓN
Quiero hablar sobre la conversión de Saulo y darle esperanza a aquellos que se ven tan malos que no creen que pueden cambiar y a aquellas madres, aquellos padres, que tienen hijos malos y no saben qué hacer para que sus hijos sean buenos. No he visto en el mundo, ser más bendito que una madre que lucha por sus hijos. No he visto padres que vayan a la cárcel a visitar a sus hijos, como lo hacen las madres; qué tremendo que es ver a una madre humillarse, cuando por ejemplo, le toca una nuera que le odia; con tal de ver a su hijo y a sus nietos, se humilla y cierra su boca contra todos los dardos envenenados que le envía su nuera. ¡Esas actitudes y ese trabajo de paciencia tienen resultados! Lástima que algunas trabajan sin esperanza, no creen que las cosas cambiarán. Pero hoy te digo en el nombre de Jesús: “¡Tu hijo va a cambiar! ¡Hay solución! Dios obrará pues él está presto para inclinar su oído al clamor de los que le buscan, de los que le temen”.
DIOS NOS DESAFÍA A CREER
En la conversión de Pablo observamos que Dios transforma la vida de alguien que nadie oró por él y si Dios cambió la vida de Pablo, ¿cómo no cambiará la vida de tu ser querido? Sé que muchas veces pedimos a Dios pero parece que la respuesta no llega; recuerdo una época en mi vida, que mientras más oraba, peor se ponía la situación. Con el tiempo aprendí que mientras más oraba, más cruenta se ponía la guerra pero la victoria estaba más cerca. ¡Mientras más cruel se pone la guerra, más cerca está la victoria! ¡No me quedaré sin fuerzas porque Dios me dará fuerzas cada día! La Biblia ha prometido darnos alas como las de las águilas para que nos remontemos con la fuerza del viento que viene contra nuestra; las águilas utilizan el viento que viene contra ellas para remontarse. Pero la crueldad del hombre contra Dios puede alcanzar límites inimaginables; recientemente hablé con una madre y su hijo quien con 14 años ya tuvo relaciones sexuales con tres tías y vive hablando de muerte, de matar a alguien o de morir. La situación se torna a veces tan dura y entonces el diablo nos muestra que mientras más intentemos, más cruenta se pondrá la guerra y nos vamos replegando y terminamos creyendo que la situación es difícil y no cambiará. ¡Pero la conversión y la vida del apóstol Pablo es todo un desafío para creer que Dios puede! De hecho, Dios me mandó a hablar esto hoy, por lo que todo aquel que escuche este mensaje, tendrá que tomar la decisión hoy, de creer o no.
SAULO EL PERSEGUIDOR DE CRISTO
En Hechos capítulo 8, desde el versículo 1, se relata la muerte de Esteban, el primer mártir cristiano, y dice ese pasaje, que Saulo estaba presente mientras lo apedreaban y consentía en su muerte: “1Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles”. Lo que me llama la atención de este pasaje es que los creyentes se dispersaron todos. Visto con ojos humanos, diríamos que estamos frente a una tremenda derrota: Una persecución desmembró a la iglesia y sólo quedaron en Jerusalén los apóstoles. Pero Jesús había dicho: “Me seréis testigos en Samaria, en Judea y hasta lo último de la tierra” y por medio de esta persecución, se cumplió el dicho de Jesús; estaban muy contentos encerrados dentro del templo, per se armó un frente de batalla que sólo nosotros que vivimos después de ellos, nos damos cuenta que fue un perfecto plan de Dios para que el evangelio fuese predicado en todo el mundo. Se dispersaron pues, los creyentes y comenzaron a predicar por todas partes, pero dice el versículo 3: “Pero Saulo comenzó a hacer estragos en la iglesia”, así dice la traducción de la Biblia al Día, en tanto que la versión “Reina Valera” expresa: “Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel”. ¡Saulo era un hombre realmente malo! Vayamos al capítulo 9-1-2: “1Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, 2y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén”. ¡Era realmente un perseguidor! Era una persona totalmente endurecida y muy fiel a sus creencias. Había sido enseñado por Gamaliel, que era como decir ahora, que estudió en la Universidad de Cambridge. ¡Estudió con el mejor de la época! Saulo mismo dijo que él era fariseo de fariseos; como religioso, era una persona muy consecuente con sus creencias por eso le resultó tan indignante que la gente creyera que Jesucristo era el hijo de Dios porque para él ningún hombre podía llamarse o decirse hijo de Dios. Hay madres que observan a sus hijos y les parece difícil que ellos cambien. Es duro para Dios ver que tu confieses que no hay Dios que cambie a tu ser querido, porque para él no hay problema grande, más bien, para él los problemas son desafíos. ¡Para Dios no hay nada difícil! El mismo se pregunta en Jeremias 32:27: “¿Habrá algo que sea difícil para mí?” ¡Y no encuentra nada que le sea difícil! Los peores no son los criminales sino los religiosos, Jesús trataba duramente a los religiosos, más que a una prostituta o un ladrón, ¡así de duro era Saulo! Los religiosos “atan” a las personas con leyes y reglamentos pero con reglamentos no se cambia ningún corazón. Dios tiene otros métodos, él salva a las personas con amor y misericordia; fíjate qué misericordia tuvo con Saulo quien persiguió a la “niña de sus ojos”, a sus amados. Si yo fuera Dios y veo a Saulo arrastrando una madre a la cárcel dejando un hijo de cuna en su casa, me preparo un rayo para que lo destruya en añicos, ¡pero Saulo tuvo la suerte de que yo no fuese Dios! Muchas veces no entiendo a Dios, me deja atónito, no puedo comprender su misericordia. Un muchacho de 12 años, que fuerza a una tía de 12 años a tener relaciones sexuales con él, no se sabe con qué darle, si con “la vara” o con “el cayado”. Si vemos la dureza de alguna persona, lo más probable es que lleguemos a la conclusión que no tiene perdón de Dios. ¡Pero Dios es misericordioso!
DIOS ES MISERICORDIOSO
Uno de los ejemplos más cercano a la misericordia de Dios es el amor de una madre, quien siempre creerá que habrá una solución aunque nadie dé un vintén por su hijo. Qué importante que es seguir creyendo, seguir luchando y poder darle misericordia a quien no merece misericordia y darle una oportunidad a quien no la merece. ¡Así es Dios! Claro que las madres son malas y egoístas porque son capaces de hacer eso con su hijo pero no con el hijo del vecino. Quizá por tu hijo irías todos los días a la cárcel pero no por el hijo de otro, no obstante, Dios es misericordioso y compasivo con todos y de tal manera amó al mundo que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en él crea, no se pierda mas tenga vida eterna. ¡Es posible que alguien cambie, porque Dios está dispuesto a intervenir!
Muchos se desesperan para cambiar a una persona. ¿Cuál es el método? ¿Qué hacer para que mi hijo, mi hija, mi esposo cambie? Observemos cómo fue transformado Saulo: Va Saulo de Tarso, camino a Damasco a perseguir a los cristianos y de pronto una luz muy potente lo deja encandilado, tan fuerte que cae del caballo y se escucha una voz que dice: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” “¿Quién eres Señor?” “Yo soy Jesús a quien tu persigues”. Saulo se estremece, tiene un encuentro con Jesús y en ese instante es transformado. Jesús le dice: “Levántate, entra a la ciudad y se te dirá lo que debes hacer”. Los que le acompañaban estaban atónitos, oyeron la voz pero no vieron a nadie. Dice luego desde el versículo 8: “8Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, 9donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió. 10Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. 11Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, 12y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. 13Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; 14y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. 15El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel”.
CONCLUSIÓN
¿Quién es tu Saulo? ¿Tu hijo? ¿Tu hija? ¿Tu esposo? ¿Tú mismo? No creo que la palabra de Dios hoy haya venido en vano, su palabra no vuelve a él vacía, sino que hará la obra para la cual la envió. ¡Hoy Dios está sembrando su palabra en tu corazón! Ese “Saulo” será transformado por el poder de Dios. ¡Créelo! O te afirmas en esta palabra o en esta misma palabra resbalas y caes. ¡Si Dios pudo tocar a Saulo, puede tocar a cualquiera! Has esperado mucho tiempo pero este es el día de creer y confesar la victoria. ¡Este es el día de Dios para ti! Quizá te has cansado de dudar, pero si recibes esta palabra con fe en tu corazón, esa misma palabra hará el milagro. Si puedes creer, Dios te lo dará. ¡No hay pollo que no se ablande en una olla a presión! Si lo crees, haz esta oración ahora mismo:
“Padre querido, te pido perdón porque no he creído que tu puedes hacer la obra en mi vida y en la de mis seres queridos. He creído las mentiras del diablo, de que yo mismo no cambiaré ni que tampoco podrán cambiar aquellos a quienes amo. Pero hoy echo fuera de mi mente esos pensamientos de fracaso, y creo Señor, que tu me haces libre, que tu me limpias de todos mis pecados y me haces una nueva persona. Creo Señor, que así como cambiaste la vida de Saulo, lo harás conmigo. Hoy recibo tu perdón y tu limpieza. ¡Creo también que harás un milagro en mi familia! En el nombre de Jesús, hago esta oración, amén”.

No hay comentarios: