domingo, 27 de enero de 2008

Alejados de Dios


Jueces 6: 1-10
Introducción
El pueblo de Israel entra a la tierra prometida (fluye leche y miel) y ahí muere Josué quién no dejo un líder que estuviera al frente del pueblo, había problemas y divisiones entre las tribus de Israel, además de corrupción del culto al Dios que los había liberado de Egipto y la idolatría de los pueblos que los rodeaban se infiltro en ellos. Debido a lo anterior el Señor levanta jueces, este tiempo duro desde la muerte de Josué hasta el ministerio del profeta Samuel y la monarquía de Saúl. Los Jueces no eran precisamente juzgadores de Israel, más bien eran caudillos y guías que conducían al pueblo obedecer a Dios en conquistar y reconquistar sus promesas, destruyendo a las naciones que los oprimían. Durante este período de los jueces había momentos de volverse a Dios y de separarse; este capítulo 6 inicia diciendo que después de 40 años de paz y bendición de parte de Dios; el pueblo se desvía nuevamente, y las consecuencias de esto lo padecen por 7 años. Nuestra meditación de este día tiene como propósito describir la situación del pueblo de Israel cuando se aparta de la voluntad de Dios y busca en otras cosas la satisfacción y razón de vida y de cómo la iglesia de hoy con todo y los recursos que el Señor nos ha dado hoy, mayor que a los antiguos, nuevamente buscamos otras cosas apartándonos y sufrimos las consecuencias de estar apartados del Señor de Señores.
I. El pueblo se aparta de Dios (v.1) “ Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová...”
Este período del pueblo se Dios se inicia diciendo que posterior s 40 años de paz y tranquilidad en la nación israelita, nuevamente ellos, el pueblo hace lo malo ante los ojos del Señor. Aquí cabría hacer la siguiente pregunta ¿qué era lo malo a los ojos de Dios?. En el Sinaí el Señor había dado leyes, reglas, decretos, mandamientos y estatutos que reflejaban la voluntad de Dios para un pueblo que debía ser santo y apartado. Pero además esas leyes reflejan el carácter de Dios, y uno de esos aspectos es que el Dios de Israel es celoso y exclusivista, es decir nada ni nadie debe ocupar el primer lugar en los afectos del corazón de quien o quienes lo reciben como su protector y libertador, así mismo sus palabras deben ser tomadas como la última palabra en cualquier asunto de la vida. Bueno dicho lo anterior, el pueblo ante la falta de un compromiso y fidelidad ante un Dios con estas características se va en pos de otros dioses, los dioses de los madianitas, amorreos, heteos y demás naciones que les rodeaban, pues resultaba más fácil al poder verlos y practicar una vida basada en la satisfacción de los sentidos (oler, ver, sentir, etc.) y la satisfacción de saber que los logros personales (trabajo, familia, etc.) son más bien el resultado de brazo fuerte de nuestro esfuerzo, más que las dádivas de un Dios que no se ve y que en muchas ocasiones nos mete en hornos de prueba para moldearnos para ser útiles en sus manos. Los israelitas practicaban la idolatría, este es uno de los pecados más abominables a los ojos de Dios, pues en primer lugar por infidelidad por colocar en el trono del corazón a algo o alguien que no es Dios (personas, posesión, aptitud, etc.) y a la vez querer favores de Dios. En segundo lugar por colocar al grandioso y único Dios al nivel de cualquier escultura, obra de manos de hombre. En nuestros días Su pueblo cristiano también practica lo malo ante los ojos de Dios, pues si bien no practica la idolatría como los antiguos al darle honor y gloria a una imagen o persona, si pone en el trono de su corazón y prioridades a personas, trabajo, gustos, placeres, amargura, etc. Creando así como en otro tiempo un alejamiento del Señor de nuestras vidas, dejándonos a que nuestros enemigos nos consuman y humillen al pueblo escogido de Dios.
II. Las consecuencias de estar alejados de Dios (v.2-6) “... Madián los oprimía cada vez más...”
Las consecuencias de que el pueblo buscará a otros dioses y otros propósitos en su vida fue que se crea un abismo entre el ser humano y el Señor. El pueblo es entregado a sus enemigos por 7 años, los madianitas. Madián era un pueblo inculto e ignorante que en otro tiempo Israel lo había sometido; pero a causa de su alejamiento de creador, los madianitas se hicieron fuertes, numerosos y poderosos, más que Israel. Por consecuencia al ser más fuertes y sin el poder de lo alto, los israelitas eran oprimidos, es decir eran robados, maltratados, y sus sembradíos y ganadería eran destruidos y consumidos por madianitas, amalecitas e hijos del oriente y hasta sus camellos eran beneficiados del botín. Todo esto acarreaba sentimientos de impotencia, pero además de temor por la incertidumbre que causaban los enemigos, pues no sabían que ocurriría con ellos como nación, además de que no podían hacer nada ya que la pobreza asomaba diariamente. Pero el sentimiento que más prevalecía entre ellos era la desolación por sentirse desamparados y sin solución a sus problemas; aún cuando lo más seguro es que clamaban a los dioses extraños y no hallaban respuesta y ver que sus fuerzas de hombre no eran suficientes para obtener la tan anhelada libertad. El Señor cuando no lo tenemos en el centro de nuestra vida permite que nuestros enemigos (Diablo y sus huestes, así como la sociedad impía) a los suyos causándoles problemas y situaciones que oprimen sus vidas, trayendo sentimientos parecidos a los israelitas de impotencia ante tales circunstancias, temor ante el futuro y desolación al ver que en muchas ocasiones no hay nada que resuelva nuestros problemas y los que hay no alcanza a satisfacer totalmente nuestra necesidad. Y es entonces cuando el pueblo clama recordando al verdadero Dios.
III. El Señor habla a Su pueblo (v. 7-10) “... Jehová les envió un profeta, el cual les dijo...”
Pero el Señor no se complace del dolor de los suyos y en ocasiones el lo permite para acercarnos más a él. Dios permitió que Israel fuera oprimido por Madián para nuevamente acercarlos a Él. El Señor en primer lugar envía un profeta para reprender al pueblo haciéndole saber la causa que la causa de su sufrimiento es el estar alejados del Señor por haber hecho lo malo ante sus ojos. Pero la manera en que lo hace es recordándole las maravillosas obras que Dios había realizado a favor de esta nación.
a. La Libertad: Cuando los saco de Egipto
b. La Provisión amorosa: Cuando les dio una buena tierra, la de Canaan
c. La Protección: Cuando echo fuera a los pueblos que afligían a Israel
Estas cosas había hecho Dios a favor de Su pueblo. Dios es un Señor de pactos que cumple sus promesas y aunque Israel se había alejado de la protección del Señor; Pablo dice: “... si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo” (2ª Timoteo 2: 13) .
Desafío Israel era Su pueblo y no podía dejarlo en esa situación. Siempre existe el recurso del arrepentimiento, del cual podemos hacer uso cuando nos hemos alejado de Dios; es el arrepentimiento el medio por el cual podemos acercarnos a Dios y Dios usa los problemas para acercar a Su pueblo a Su regazo y restaurar la comunión con Él.

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