domingo, 27 de enero de 2008

Acercate a Dios.


¿Por qué asistimos a un grupo de iglesia? porqué buscamos a Dios, porque nuestro corazón busca algo más que lo que busca el mundo ¡algo más!

Todos nosotros de alguna forma o de otra, hemos sido impactados por la presencia de Dios y dentro de nosotros, Dios ha plantado una semilla y un deseo por su presencia.

Texto base: Santiago 4:8-12 : 8Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 9Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. 11Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. 12Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

Este texto aporta algunos pasos prácticos necesarios para que Dios esté presente en nuestra vida y cerca de nosotros.

Dios está presente en todo lugar ¿Por qué a veces no lo sentimos cerca? ¿Ha notado usted que a veces no se siente cerca? Y es que acercarse, tiene que comenzar con nosotros.

El Espíritu de Dios planta una semilla en nuestro corazón y un deseo, pero ese deseo tiene pasos prácticos nuestros para que Dios se acerque a nuestra vida.

El Espíritu Santo nos atrae a la presencia de Dios y una vez que hemos experimentado su presencia no hay ninguna otra cosa que satisfaga el alma, aunque a veces no sentimos la manifestación de su presencia en nuestras vidas como quisiéramos sentirlo.

Cuando se manifiesta, deja ver quien es él. Dios se manifiesta si somos discipuladores o discípulos, porque el discipulador tiene que mostrar a Cristo al discípulo y el discípulo necesita ver la manifestación de Jesucristo en el discipulador.

Qué hermoso llamado de Jesucristo a sus discípulos: "Venid en pos de mí". Y qué respuesta: dejaban todo y le seguían; una presencia manifiesta de Dios en Jesucristo.

¿Qué es una manifestación de la presencia de Dios? Hace un momento la hermana Olivia oró por las parejas que no han podido concebir un hijo, ahora dentro de un año cuando presenten sus niños, tendremos esa manifestación.

Cuando tienes una enfermedad incurable y Dios toca tu vida y te sana ¿es esa una manifestación de Dios? Cuando tú tienes una aflicción, una carga muy grande o una depresión terrible y Dios te restablece y te libera de todos tus temores ¿no es esa la manifestación de Dios? ¿y no la queremos ver repetidamente? ¿no queremos que Dios se manifieste a través de nuestras vidas personalmente?

México va a ser impactado por la presencia de Dios en cada uno y nosotros haremos nuestra parte. El discipulado se basa en hacer que la presencia de Dios sea manifiesta en cada uno, porque lo que el discípulo quiere ver, es a Dios presente.

¿Qué hacemos como primer paso?

Santiago 4:8 8Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.

I.- Tenemos que tener un deseo ferviente de la presencia de Dios en nuestras vidas.

Un deseo vivo, que no se satisface con ninguna otra cosa mas, que Dios manifiesto en nosotros; ese es el deseo.

Hay hombres en la Palabra de Dios que tenían ese deseo. Moisés un varón que vio la mano de Dios al sacar al pueblo de Egipto, miró todas las plagas que manifestaron la mano de Dios y en el versículo 15 de Éxodo 33, Moisés habla con Dios y le dice:

Éxodo 33:15-16: 15 ...si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. 16¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra? ¿Había un deseo en él? Si, un deseo de la presencia de Dios en todo lo que Moisés hacía.

Isaías 64:1-2: 1¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, 2como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia!

El profeta sentía una pasión por la presencia de Dios. Tomemos estas palabras y hagámoslas nuestras, como una oración al Señor.

¿No le gustaría que esta nación temblase ante la presencia de Dios? ¿No le gustaría a usted que el temor de Dios fuera renovado en esta Nación? Tendrá que comenzar con nosotros, el pueblo de Dios. Que el temor de Dios sea renovado en nuestras vidas y ese clamor por la presencia de Dios sea algo que nos motive a buscar al Señor.

El salmista también tiene una pasión por Dios; hágala su oración también:

Salmo 27:4: 4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

Vamos a cambiarle un poquito:

4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que sea yo la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

Porque somos templo, morada de Dios y verlo, ver su mano, ver su rostro, debe ser un deseo del corazón, debe ser algo que anhelemos, debe ser una pasión, el buscar y ver la presencia de Dios activa en nuestra vida.

Si queremos discipular a otros, tenemos que enseñarles a Cristo, presente, manifiesto al través nuestro.

Salmos 63:1-4 : 1Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, 2 Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. 3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.4 Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos.

¿Tiene usted ese deseo? se lo está comunicando aquí le Salmista ¿Es parte de usted?

Salmos 42:1-5: 1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. 2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? 3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? 4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. 5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

¿Alguien le ha preguntado "dónde está tu Dios", cuando le ven en problemas, o en dificultades, cuando pareciera que Dios no está? Aún las dificultades y problemas por los que atravesamos muestran que Dios está ahí, porque a través de ello nos dirige su mano.

A veces la gente que está alrededor nuestro nos pregunta ¿dónde está tu Dios? demuéstrame a tu Dios, enséñamelo. Y es que el mundo quiere ver una demostración del pueblo de Dios y tiene el derecho de verla. Si este mundo no puede ver a Dios en nosotros ¿en quién lo va a ver? Dios tiene que manifestarse en los cristianos, de tal forma que esta nación pueda ser discipulada por El; ese deseo tiene que producir pasos prácticos.

El texto base que estamos analizando (Santiago 4) en la segunda parte del verso 8, dice: 8Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones (Los subrayados son del autor).

II.- Limpiar nuestras manos y arrepentirnos.

Todo acercamiento a Dios tiene que comenzar con arrepentimiento; no nos podemos acercar a Dios sin arrepentimiento, porque es la base para ese acercamiento; si usted quiere caminar con Dios tiene que pasar por la puerta del arrepentimiento, y todo cristiano vive una vida constante de arrepentimiento.

Hechos 3:19: 19Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.

¿A cuántos, cuando niños, nos gustaba el recreo en la escuela? ¿era un tiempo de refrigerio? ¿deseamos un recreo en la presencia de Dios? Pues : arrepentíos. El arrepentimiento nos acerca a Dios; no podemos acercarnos a Dios sin arrepentimiento.

¿Qué es el arrepentimiento? volverse, o cambiar, volverse del pecado y de nuestro propio camino e ir hacia el Señor, regresar a Dios. Nuestros caminos nos indican si andamos o no con Dios. Tenemos que acercarnos a El sin excusa ni pretexto y poner todo delante de El y decirle: "Aquí estoy", reconociendo quien soy, lo que he hecho y pidiéndole perdón. Y lo tengo que hacer sin excusa, sin pretexto y sin culpar a otra persona.

La voz de Dios se oye aún a través de las naciones y las edades: ¿dónde estás tú? Y tenemos que contestar esa pregunta con sinceridad y con verdad, tenemos que decir: "Señor, aquí estoy y tengo faltas, tengo problemas y vengo delante de ti en arrepentimiento sincero". Tenemos que llegar hasta El y decirle: "Soy pecador, no tengo excusa, no tengo pretexto, reconozco quien soy, reconozco que no es culpa de mi esposa, ni de mis hijos, ni que el diablo me torció el brazo forzándome a pecar, sino que yo, por mi propia voluntad he hecho lo que he hecho y lo reconozco y renuncio a mi pecado".

La nación de México necesita arrepentimiento, pero no va a cambiar hasta que la iglesia camine en arrepentimiento. El juicio de Dios comienza por su casa, comienza por nosotros, pero llegamos a la iglesia cada domingo a calentar la banca y si seguimos viviendo en pecado, es que no hemos entendido lo que es el arrepentimiento.

El Señor quiere limpiar su iglesia y purificarla para que su presencia se manifieste a través de ella, porque México no va a cambiar sin la manifestación del poder de Dios a través de su iglesia; la presencia de Dios tiene que manifestarse por medio de nosotros, al través de un espíritu de santidad.

¡Arrepentimiento! ¿cuándo fue la última vez que usted limpió sus manos? En un sentido espiritual ¿se lavó las manos hoy? ¿ha revisado sus hechos? ¿los ha puesto delante del Altísimo? ¿ha dejado que el Espíritu de Dios revise sus hechos, sus acciones? ¿las ponga en orden? ¿tenemos un deseo por la presencia de Dios que nos motive a limpiar nuestras manos y nuestro corazón?

El domingo podemos ser muy santos, pero en la semana somos otra cosa, eso es doble ánimo; una persona que el domingo es cristiana y el resto de la semana no lo es, no es sincera con Dios, porque aparenta que sus obras son limpias delante de Él, pero su corazón está apartado de su presencia.

La presencia de Dios no mora en nosotros solamente los domingos, quiere vivir, permanecer en nosotros y quiere ver un corazón sincero, sin doblez, sin doble ánimo, un corazón de Dios.

Santiago 4:9-10: 9Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.

III.- Humillarnos

Dios habita con el humilde. Cuántas veces aparentamos lo exterior cuando humillarnos es una condición del corazón. Sólo que lo exterior debe humillarse ya que Dios quiere ver un corazón humilde, de adentro. ¿Qué es la humildad?

Bill Gothard dice que la humildad es reconocer que Dios y el prójimo son los responsables de nuestros logros y no nosotros ¿Ha tenido usted logros en su vida? ¿ha podido reconocer la mano de Dios en ello? ¿ha reconocido que hay otras personas que le han ayudado en esos logros? Eso es la humildad.

La Biblia habla varias veces de la humildad:

1.- La humildad es la oración.

¿Cómo es eso? El que ora reconoce su dependencia de Dios y la falta de oración es orgullo, porque se le está diciendo a Dios: "¡No te necesito!". El tiempo que pasamos en oración muestra nuestra dependencia de El, nuestra necesidad de El; un cristiano que no ora es alguien que no reconoce su necesidad de Dios

Juan 15:5: 5Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

La oración es reconocimiento de que necesitamos a Dios, es humildad, es reconocer que si Dios va hacer algo en mi vida, debo humillarme delante de El.

2Crónicas 7:14: 14si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

La respuesta humilde es oración; cuando Dios toca el corazón y pone dentro ese deseo para buscarle, la respuesta es oración. Me humillo delante de Dios y le digo: "Señor, te necesito" y el Espíritu de Dios que está en mi, que me anhela celosamente, me ayuda en mi debilidad, porque no sé orar como conviene, intercede por mi con gemidos indecibles.

2.- La humildad es temor a Dios.

El discipulado se desarrolla en el temor a Dios y comienza por discípulos que temen a Dios.

¿Qué es el temor a Dios? es darnos cuenta que el Creador está siempre presente y actuar y vivir reverentemente de acuerdo a esa presencia ¿Está Dios presente en tu vida? ¿lo temes en todo lo que haces? ¿se te nota por las acciones que haces?

Proverbios 3:5-8: 5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. 7 No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 8 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos. (En casa se me enseñó este Proverbio cuando niño y se me dijo: "guárdalo en tu corazón").

¿Quieres refrigerio para tus huesos? ¿medicina? Teme a Jehová, y apártate del mal; vive con el temor de Dios constante sobre tu vida.

3.- La humildad es dar gracias y alabanza a Dios.

Si la humildad es reconocer que Dios y otros han sido responsables por los logros que hemos tenido, una de las respuestas de la humildad tiene que ser alabar y dar gracias a Dios en todo, porque lo que tenemos, lo que somos, todo, viene de Dios.

Salmo 95:1-2: 1 Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. 2 Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos.

¿Por qué lo hacemos así? porque lo reconocemos como el que da todo, el que hace todas las cosas y quien merece alabanza. Él es digno de toda honra, digno de todo loor; Él ha hecho grandes maravillas ¿Cuántos respiramos por Él? ¿cuántos tenemos una casa por Él? ¿cuántos tenemos trabajo por Él? ¿cuántos tenemos salud por Él? ¿Salvación? ¿Libertad? ¿no viene todo de Él? La respuesta sería: "Te alabo por todo lo que me has dado, todo lo bueno que tengo lo he recibido de Ti", aunque hay quienes dicen: "¡No! a mí me ha costado" (?).

Debemos ser un pueblo que se esfuerza, pero el esfuerzo no es suficiente; si no fuera por la presencia de Dios; el trabajo de nuestras manos no prosperaría. Somos lo que somos por la misericordia de Dios y cuando lo reconocemos y caminamos agradecidos con El, Dios se acerca a nosotros. Esa humildad nos tiene que llevar a una comunicación íntima con El y a reconocerlo en cada paso de nuestra vida.

¿Acostumbra usted saludar al Señor cuando se levanta? "¡Señor, que lindo día! qué privilegio de levantarnos y caminar contigo; en cada cosa que pase hoy. Ayúdame a reconocerte, porque por ti estoy aquí; Tú tienes un propósito para mi vida, hoy yo quiero responder con comunicación que te alaba, reconocer que tú eres Dios".

Hemos de reconocerle como el Dios que está íntimamente presente y alabarle continuamente.

Salmo 34:1-4 : 1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. 2 En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán. 3 Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre. 4 Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.

¡Que bueno es Dios! si queremos discipular a alguien y esa persona ve en nosotros un agradecimiento a Dios, un reconocimiento del poder de Dios ¿no le estaremos comunicando ese mismo amor?

Discipulamos a otros, sólo porque estamos enamorados de Dios y demostramos ese enamoramiento por la gratitud que le expresamos "¡Oh Dios que bueno eres! ¡Cuan asombrosas son tus obras! Nos has dado tantas cosas ¿cómo poder expresarlo Señor? te amamos".

Cuando alguien da un testimonio ¿no nos motiva a alabar el poder de Dios? Cuando usted da testimonio del poder de Dios, otro lo va a desear.

Humíllese delante de Dios y exprese su alabanza, dígale delante de todo el pueblo alrededor: "Mi Dios es Dios, digno de alabanza, digno de loor porque ha hecho maravillas por mi".
Santiago 4:11-12: 11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. 12Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

No hay comentarios: